Los 12 mejores poemas para sumergirte en la obra de CecĂ­lia Meireles

Según el crítico literario Alfredo Bosi, Cecília Meireles (1901-1964) es “una de las más grandes voces poéticas en lengua portuguesa” en el período literario que comienza después de 1930.

Nació en Río de Janeiro (la misma ciudad donde murió). Huérfana a los tres años, pasó su infancia en casa de su abuela materna, portuguesa de las Azores. La ascendencia azoriana quizás explique el interés por el tema del mar, presente en muchos poemas.

Se graduó como maestra de escuela primaria en 1917 en el Instituto de Educación de la entonces capital, Río de Janeiro. Debutó en la literatura a los 18 años, con la publicación de Espectros.



Los 12 mejores poemas para sumergirte en la obra de CecĂ­lia Meireles

Fue profesora de Literatura Brasileña en la Universidad del Distrito Federal y, en 1940, en la Universidad de Texas, en Estados Unidos. Realizó muchos viajes durante este período: México, India, Portugal. En este país obtiene reconocimiento en los círculos literarios.

La poesía de Cecília Meireles está en el encuentro de la tradición simbolista con el modernismo. Y tal vez sea precisamente en este encuentro donde radica la gran contribución de este poeta a la literatura brasileña moderna. Hoy es imposible conocer la buena literatura producida en Brasil sin pasar por los magníficos versos del autor de Romanceiro da Inconfidência.

Los 12 mejores poemas.

En 1938, Cecília Meireles se convirtió en la primera mujer premiada por la Academia Brasileña de Letras, con el libro Viagem. “Motivo”, que conforma este libro, es uno de sus poemas más recitados. Para el crítico Sílvio Castro, este poema es “una síntesis de la contribución de Cecília Meireles a la poesía brasileña moderna”: tiene un pie en la tradición y el otro en el presente.

1 - Motivo

Yo canto porque el instante existe
y mi vida es completa.
No estoy ni feliz ni triste:
soy un poeta


hermano de las cosas esquivas,
No siento ni placer ni tormento.
paso noches y dias
en el viento.


Ya sea que me derrumbe o construya,
si me quedo o si desaparezco,
- No se, no se. no se si me quedo
o paso.

SĂ© que canto. Y la canciĂłn lo es todo.
El ala rimada tiene sangre eterna.
Y un día sé que me quedaré mudo:
- nada mas.

El siguiente poema habla del dolor en tiempos difíciles. Fue publicado en la década de 40, un período marcado por una de las guerras más terribles de toda la historia.

2 – Declaración de amor en tiempos de guerra

Señora, te amaré en una alcoba de seda,
entre pálidos mármoles y altas ramas de rosas,
y te cantare arias serenas
con luz de luna y barcas, en finas aguas melodiosas.

(En mi tierra, hombres, señora,
caminaba por los campos ahora.)

Para ver tus ojos, encenderé las velas
que suavizan las pestañas y los diamantes.
Tus perlas caminarán entre mis dedos,
— para mi alma, las arenas de estos límpidos momentos.

(En mi tierra, hombres, señora,
empezar a sufrir ahora.)

Estaremos tan solos, entre las densas cortinas,
y tan serios serán nuestros espejos profundos
que pueda calmar mis lagrimas
por las colinas de cristal de tus rodillas.


(En mi tierra, hombres, señora,
están siendo asesinados, ahora.)

Eres mi ciprés, y la ventana y el pilar
y la estatua que queda, con su vestido de hiedra;
el pájaro al que un romano le hace la última pregunta,
y la flor que viene en la mano resucitada de la primavera.

(En mi tierra, hombres, señora,
pudrirse en el campo, ahora...)


Los siguientes dos poemas pertenecen al libro Vaga MĂşsica (1942), de influencia simbolista.

El simbolismo es un movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX que supone una ruptura con el realismo. La poesía simbolista tiende a ser más espiritual. Su lenguaje es más sugerente, musical, metafórico.

Al inicio de su carrera literaria, CecĂ­lia Meireles estuvo vinculada al grupo de escritores neosimbolistas de la revista Festa. Aunque esta etapa fue fugaz, crĂ­ticos como SĂ­lvio Castro sostienen que CecĂ­lia Meireles nunca abandona por completo el simbolismo en toda su obra.

El primer poema es un gran ejemplo de estética simbolista. Trate de notar aliteraciones (repeticiones expresivas de sonidos) e imágenes. El segundo puede verse como un retrato del poeta itinerante y decadente, característico del simbolismo francés de finales del siglo XIX.

3 - Yo vals

CĂłmo se rompen los valses
por largos pianos aéreos
que la noche se envuelve en sus lluvias!
Qué ternura en nuestros párpados,
por el suave destierro de los gestos
y viejos perfiles musicales!


Los marfiles apagados recuerdan,
con una gracia desilusionada,
el aura de la belleza muerta.
Gente de sueños, sin memoria,
entrelazados, dirigidos,
a través de pasillos de esperanza y duda.

¡Y eran tan ligeros, en estos valses!
Y hubo lágrimas entre
tus collares y tus guantes!
Y hablaban de sus penas, bailando el vals, y con delicadeza,
con voz tensa y pestañas mojadas!

Ah, hasta ahora, hasta ahora, los pasillos...
Llévate los candelabros y las vidas,
Triste amor, humilde locura...
Solo quedan los valses
dando vueltas a ciegas y solas,
¡Sin los habitantes de la música!

4 – Canción nocturna

Alta noche, luna tranquila,
paredes frĂ­as, playa poco profunda.


Camina, camina, que un poeta
No necesitas un hogar.

Acaba-se a Ăşltima porta.
El resto es tierra abandonada.

Un poeta, en la noche muerta,
no necesita dormir.

Camina... pierde el paso
en la noche, también perdido.

Un poeta, a merced del espacio,
ni necesita la vida.

Camina... - mientras consiente
Dios que la noche se vaya.

Porque el poeta, indiferente,
Caminata a caminata – solamente.
No necesita nada.

Los siguientes dos poemas son buenos ejemplos del trabajo con el ritmo a través de la métrica (en este caso, las rondas más grandes). Son también dos poemas representativos del lirismo íntimo del poeta, debido a la manifestación del estado de ánimo del yo.

5 – Toma al oponente

Tengo fases, como la luna
etapas del andar oculto,
etapas de salir a la calle...
¡Pérdida de mi vida!
¡Pérdida de mi vida!
tengo etapas de ser tuyo,
tengo otros para estar solo

Fases que van y vienen,
en el calendario secreto
que un astrĂłlogo arbitrario
inventado para mi uso.

Y remolinos de melancolĂ­a
tu giro sin fin!
no conozco a nadie
(Tengo fases, como la luna...)
El dĂ­a que alguien sea mĂ­o
No es el dĂ­a para que yo sea tuyo...
Y cuando llegue ese dĂ­a,
el otro desapareciĂł...

6 – Cuando mi rostro contempla

Cuando mi rostro contempla,
el espejo se rompe:
para ver como pasa el tiempo
y mi dolor no pasa.

Campo amargo de la vida,
quien te sembrĂł duro,
que los que no se matan de ira
morir de pura tristeza?

Los 12 mejores poemas para sumergirte en la obra de CecĂ­lia Meireles

“Retrato” y “Discurso” también están en la línea del lirismo intimista. En “Retrato”, nuevamente aparece el espejo y la angustia relacionada con el paso del tiempo.

7 – Retrato

Yo no tenĂ­a esta cara hoy,
tan tranquila, tan triste, tan delgada,
ni estos ojos tan vacĂ­os,
ni el labio amargo.

No tuve estas manos sin fuerza,
tan todavĂ­a frĂ­o y muerto;
yo no tenia ese corazon
eso ni siquiera aparece.

No noté este cambio,
tan simple, tan correcto, tan fácil:
– ¿En qué espejo se perdió?
Âżmi cara?

8 - Discurso

Un poeta es siempre hermano del viento y del agua:
deja tu ritmo donde quiera que vayas.

Vengo de lejos y voy lejos:
pero busqué en el suelo las señales de mi camino
y no vi nada, porque la hierba creciĂł y las serpientes
caminado.

También busqué en el cielo una indicación de una trayectoria,
pero siempre habĂ­a muchas nubes.
Y los obreros de Babel se suicidaron.

AsĂ­ que aquĂ­ estoy, cantando.

Si ni siquiera sé dónde estoy,
ÂżCĂłmo puedo esperar que algĂşn oĂ­do me escuche?

¡Vaya! Si ni siquiera sé quién soy,
ÂżCĂłmo puedo esperar que alguien me quiera?

El libro más famoso de Cecília Meireles es sin duda el Romanceiro da Inconfidência, de 1953. Son poemas que se ubican históricamente en Minas Gerais en el siglo XVIII, desde el descubrimiento del oro hasta la Inconfidência (movimiento liderado por Tiradentes). Del libro se incluyen dos poemas en esta lista: el primero por la fuerza y ​​actualidad de la crítica a los “grandes oportunistas”; y el segundo, por tratar precisamente de los perseguidos, los verdaderos poseedores de la “gloria”.

9 – Romance LXXXI o De los Ilustres Asesinos

Oh grandes oportunistas,
en el papel doblado,
que calculas mundo y vida
en cuentos, doblas, cruzadas,
que dibujan vastas rĂşbricas
y señales entrelazadas,
con plumas altas y delgadas
empapado en pecados!

Oh personajes solemnes
que arrastras los apodos
como los pavos reales auriverde
sus vestiduras resplandecientes,
- todo ese poder que tienes
confunde tus sentidos:
la gloria que amas es de esas
que son perseguidos por ti.

Levántate de estas mesas,
sal de tus marcos,
mira qué mazmorras negras,
que fortalezas seguras,
que peso de esposas,
que profundas tumbas
nacido de tus plumas,
de tus firmas!

considerar en el misterio
dos humanos desatinos,
y ningĂşn polo siempre incierto
de los hombres y los destinos!
Por sentencias, por decretos,
Te verĂ­as divina:
y hoy eres, en el tiempo eterno,
como ilustres asesinos.

Oh soberbios poseedores de tĂ­tulos,
tan desdeñoso y altivo!
Por austeridad ficticia,
razones vanas, motivos falsos,
en vanas trampas:
– tus muertos están más vivos;
y sobre ti desde lejos abierto
grandes ojos pensativos.

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En la bandera de Minas Gerais, la referencia a InconfidĂŞncia: "Libertad, aunque tarde".

10 – Habla con los rebeldes muertos

oscuridad de la noche,
lanosa capa
en los hombros curvos
de las altas montañas
racimos...
ahora todo
yace en silencio:
amor, envidia,
odio, inocencia,
en el tiempo inmenso
si estan tomando...

grava gruesa
de la vida humana...
negros orgullosos,
atrevimiento ingenuo,
y pretensiones
y cobardĂ­a
(¡y cobardía!)
andar
en el tiempo inmenso,
– al agua implacable
de un tiempo inmenso,
corriendo suelto,
con tu grosero
miseria expuesta...

parada nocturna,
suspendido en la niebla:
no, no se ven
las camas de abajo...
Pero en el horizonte
que es la memoria
de la eternidad,
referir el choque
de las horas antiguas,
de hechos antiguos,
de los hombres antiguos.

y aquĂ­ nos quedamos
todo contrito,
escuchando en la niebla
el insatisfecho,
curso sumergido
estos torrentes
del purgatorio...

cuales caen
en delitos agotados,
cuales suben
purificado?

Para cerrar, dos poemas escogidos del célebre Ou Isto ou Aquilo, de 1965. Un libro de poemas infantiles con tanta musicalidad que incluso es posible cantarlos.

11 - O esto o aquello

O si llueve y no hay sol,
o si hay sol y no hay lluvia!

O si te pones el guante y no te pones el anillo,
o te pones el anillo y no te pones el guante!

Quien se eleva por los aires no se queda en el suelo,
quien se queda en el suelo no se eleva en el aire.

Es una gran pena que no puedas
estar en ambos lugares al mismo tiempo!

O ahorro el dinero y no compro los dulces,
o comprar los dulces y gastar el dinero.

O esto o aquello: o esto o aquello...
¡y vivo eligiendo todo el día!

No sé si juego, no sé si estudio,
si huyo o me quedo tranquilo.

Pero todavĂ­a no podĂ­a entender
que es mejor: si es esto o aquello.

El poema "O esto o aquello" fue recitado en el programa Quintal da Cultura en 2012.

Quintal da Cultura - O esto o aquello - 10/05/12

12 – Inundación

¡Llama a Alejandro!
¡Fiesta!

¡Mira la lluvia que viene!
Es la inundaciĂłn.
Mira el suelo que se va con la lluvia...

Mira la lluvia que nos empapa.
Pon la llave en la cerradura.
Cierra la puerta por la lluvia,
¡Mira cómo se llena la calle!

Cuando llueva, pon la tetera
en el fuego: ¡mira la llama! ¡Mira la chispa!
¡Mira la lluvia sobre los fardos de leña!

Tomemos el té, porque la lluvia
es tanto que ni siquiera uso chanclo
puedes caminar en la calle llena de gente!

¡Llama a Alejandro!
¡Fiesta!

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